Vivo en un archipiélago donde tocan el tambor y la gente (la minoría que se entera de lo que está pasando y comulga con ruedas de molino) se cuadra a la voz de "ar" y no se mueve para poder salir en la foto al grito de ¡¿Qué hay de lo mío?!... El resto, los que no nos enteramos, aprovechamos los días de fiesta para irnos a la playa, al monte o a un hotel, donde nos relajamos y olvidamos incluso las cosas que nunca supimos...
Y es que mi perro tiene mucha razón cuando me dice que la ignorancia da la felicidad y te permite disfrutar de la comida y dormir a pierna suelta... ¿para qué disfrutar de los placeres superiores, que son un rollo de alcanzar, si existen los inferiores? ¿Eh, J. Stuart Mill?
el ladrón de mandarinas
Hace 14 años
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